Los contenidos que hemos trabajado en este tema me han parecido bastante interesantes ya que no tenía mucha idea de los cuentos folclóricos.
Lo que más me llamó la atención es que no tienen autor, si no que se van adaptando a lo largo del tiempo. Se puede adaptar según los intereses de los niños y eso es algo que me ha parecido bastante bien ya que en un futuro conociendo a los niños con los que estemos sabremos qué cosas les gustan y así podremos adaptar nuestro propio cuento.
Así he podido entender que lo qué más reflejan estos textos, es la iniciación en la vida adulta, a esos problemas a los que se tienen que enfrentar.
En el teatro lo que más me ha llamado la atención han sido las representaciones de cómicos de la lengua, en la que se encontraban los “títeres de cachiporra”. Esto me hizo recordar cuando yo estaba en el cole de pequeña y en la semana cultural venían personas a contarnos títeres. El que más me gustaba era el de “Pedro y el lobo”, nos ponían a alguno de nosotros debajo del escenario con un martillo de plástico que pitaba cada vez que dabas un golpe, y nos decía el protagonista que si veíamos al lobo teníamos que pegarle, y nos lo pasábamos genial porque ayudábamos a Pedro a coger al lobo.
Lo que más me ha gustado de la poesía es que se puede utilizar para jugar, como ya he comentado en mi entrada del bloque IV, había una canción que me gustaba mucho y se utilizaba para jugar. Por ejemplo algo que también nos contó Irune y me llamó la atención, es la canción de “una dola tela catola…” que antes se utilizaba para contar y se terminó usando para jugar. Esto es algo que tenemos que seguir haciendo y no dejar que nunca se pierda.
También gracias a este tema he aprendido que los cuentos folclóricos tienen una estructura básica, y es el paso de la infancia a la edad adulta, y esto se llama viaje iniciático. La edad adulta se simboliza con la boda y esto me llamó mucho la atención.
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